sábado, 27 de octubre de 2012

Afganistán, la esperanza en un pañuelo blanco

La esperanza en un pañuelo blanco


Ängeles Espinosa
 EL PAIS
Si hay una imagen que refleje la esperanza de Afganistán, es la de las niñas a la salida de clase. Con sus uniformes negros y sus pañuelos blancos sobre la cabeza son la promesa de un futuro distinto para un país castigado por la geografía, la guerra, vecinos sin escrúpulos y gobernantes corruptos. Para esta corresponsal que lo visitó durante los oscuros años del régimen talibán, las risas despreocupadas de esas crías mientras corretean alrededor de sus madres o hermanos de vuelta a casa hacen olvidar el silencio sepulcral que entonces oprimía a los afganos.
Con 30 millones de habitantes y 12 de ellos entre los 7 y los 12 años, Afganistán tiene hoy una de las proporciones más altas del mundo de niños en edad escolar. Aunque todavía cinco millones no están escolarizados, de los que van a alguna de las 12.500 escuelas, un 37% son niñas. Hace 10 años apenas había un millón de escolares, todos chicos, y 3.400 escuelas repartidas por todo el país.
A pesar de ese considerable avance, siguen existiendo importantes limitaciones para el acceso de las chicas a la educación. Desde el elevado coste de la enseñanza (libros, uniformes, etcétera) hasta la falta de suficientes maestras (apenas un 30% del cuerpo docente). Una vez cumplidos los 10 años, muchas familias consideran inaceptable que las niñas tengan profesores hombres y les parece más importante encontrarles un marido. Un 43% de las mujeres están casadas antes de los 18 años, muchas aún niñas. Según el informe de este año del programa Educación para Todos de la ONU, mientras que un niño afgano permanece en la escuela 10,1 años, una niña solo está 6,1 años (la media global es de 11,6 y 11,3). Además, los avances realizados durante la última década penden de un hilo debido a la persistencia del conflicto civil. La insurgencia talibán y el peso de la tradición impiden que las niñas vayan a clase en 200 de los 412 distritos en que se divide el país.

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