martes, 1 de octubre de 2013
Malala recibe en Holanda el Premio a la PAz
Malala Yousafzai, la adolescente paquistaní que fue tiroteada por radicales talibanes el año pasado, ha recibido el Premio de la Paz de los Niños, equivalente al Nobel adulto, en la Sala de los Caballeros del complejo medieval del antiguo Parlamento holandés. Otorgado por la organización humanitaria KidsRights, Malala ha sido reconocida “por su lucha a favor de la educación de todos los niños en un entorno seguro”, que casi le cuesta la vida.
Recibida como una heroína por 400 invitados, entre los que figuraba Irina Bokova, directora general de UNESCO, y el primer ministro liberal holandés, Mark Rutte, Malala ha sido clara y directa.“La solución es muy sencilla: el derecho de todas las niñas a la educación. Para los niños en Holanda, el Reino Unido, donde estudio ahora, o de cualquier lugar de Europa y Estados Unidos, la educación infantil se da por hecho. Así debe ser. Yo quiero vivir en un mundo donde ocurra lo mismo en todos sus rincones porque nadie debe ser excluido de la educación”, ha dicho.
Según KidsRights, 32 millones de niñas están sin escolarizar en el mundo por tres motivos: la percepción cultural sobre el rol que deben cumplir en la familia, el coste de su educación y la inseguridad camino del colegio, o en el propio centro. En un estudio firmado también por la universidad holandesa de Leiden, se añade que en Paquistán 3,2 millones de niñas siguen sin ir a la escuela.
Originaria del distrito de Swat, situado al noroeste de Paquistán en el valle del mismo nombre, Malala empezó a preocuparse muy pronto por el diferente trato recibido por niños y niñas. La zona está dominada por guerrilleros talibanes, contrarios a la alfabetización femenina, pero a los diez años ella escribía ya un blog bajo seudónimo para la BBC. Contaba sus vivencias en un enclave tan violento, y en 2010, el rotativo The New York Times se interesó por su caso. En octubre del año pasado, cuando viajaba en el autocar escolar, fue tiroteada en la cabeza y dada por muerta por los talibanes. Desde entonces, vive y estudia en Birmingham (Reino Unido) donde le curaron las heridas.
La periodista y política yemení Tawakkol Karman, premio Nobel de la Paz en 2011, ha entregado el galardón, dotado con 100.000 euros que KidsRights invertirá en proyectos educativos para niñas paquistaníes.
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